El muelle by Matt Brolly

autor:Matt Brolly [Brolly, Matt]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2022-07-28T00:00:00+00:00

La explosión de la escuela no será la última hasta que la inspectora Louise Blackwell haya pagado por todos sus crímenes.

CAPÍTULO VEINTISIETE

El Ayudante del Jefe de Policía Alan Brightman y los dos agentes de la UAT esperaban a Louise en la sala de incidentes. Estaba asimilando el mensaje anónimo en tanto seguía a Robertson hasta el despacho. Podía haber cambiado las cosas. No solo sugería que Insgrove estaba trabajando con otra persona o que no estaba implicado en absoluto, sino que confirmaba que la parte o partes implicadas tenían un agravio particular con ella que podía hacer insostenible su posición en la investigación.

«La explosión de la escuela no será la última hasta que la inspectora Louise Blackwell pague por todos sus crímenes».

Louise no sabía cuáles eran sus supuestos crímenes, pero había muerto gente y ella tenía que cargar con esa culpa. Era claro que estaba allí por esa razón, y el camino hasta la mesa ovalada donde estaban sentados las tres personas se le hizo interminable.

—Detective en jefe Robertson, inspectora Blackwell, gracias por venir a esta hora —dijo Brightman. Al igual que Robertson, vestía de civil.

El año pasado por estas fechas, habría estado el Ayudante del Jefe de Policía Morley en el tribunal. Por fortuna, ese dinosaurio había renunciado tras la detención de Finch. Brightman tenía una reputación progresista y, como mínimo, no estaba predispuesto a odiar a Louise.

—Señor —dijo ella. Tomó asiento y saludó con la cabeza a los dos agentes de la Unidad Antiterrorismo (UAT).

—Habrán oído la llamada de voz. Parece casi imposible que fuera pregrabada, ya que el operador mantuvo una conversación con la persona. Esto, por supuesto, descarta a Karl Insgrove a menos que esté llamando desde la muerte. ¿Algo en su trato con el señor Insgrove sugiere que trabajaba con otra persona? —dijo Brightman.

—Nada, señor. Insgrove negó cualquier implicación desde el principio. La prueba más sólida que teníamos contra él, aparte de su conexión con la escuela y el parque de caravanas, era el análisis de reconocimiento de voz que hicimos de la llamada inicial.

Brightman buscó entre sus papeles.

—¿Setenta y ocho por ciento de probabilidad?

—Sí, señor.

—¿Sigues pensando que él fue el responsable?

La pregunta estaba cargada. Insgrove se había quitado la vida, y si después se descubría que no había tenido nada que ver, la culpa recaería en Louise. Eso no significaba que no fuera a decir lo que pensaba. Todo apuntaba a la implicación de Insgrove, y ella mantenía su postura.

—Hasta este mensaje, creía que él era el único responsable. Sigo pensando que está involucrado, pero parece que no trabajaba solo.

—¿Le guardaba el Sr. Insgrove algún rencor en concreto? —preguntó el inspector David Faulkner.

Louise miró primero a Robertson antes de volverse hacia el subjefe. Esperaba la pregunta, y era pertinente, pero no estaba segura de que viniera de la persona adecuada.

—Con todo respeto, señor, ¿por qué me interroga la UAT?

—Todos somos colegas aquí, Louise. Por favor, responde la pregunta —dijo Brightman.

—La cooperación va en ambos sentidos, señor. No me han ofrecido nada, ¿y a cambio

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